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El Pensamiento Crítico en la era del Prosumer y la Posverdad

¿Cómo saber qué información tomar más en cuenta: la noticia de un incendio publicada por el diario más importante del país o la crónica grabada en video de un bombero que estuvo en el lugar del siniestro? ¿Cuál de las dos publicaciones se acerca más a la realidad de los hechos, a la objetividad, a la verdad? Esto sucede todos los días y a toda hora: las personas están expuestas a múltiple información, la cual usan para formar su propio pensamiento crítico. Empieza el día y antes de salir de casa, usted toma su smartphone y revisa las últimas publicaciones de las redes sociales. Noticias, fotografías, videos, entre otros, son el principal contenido de sus actualizaciones. Pero también encuentra que mucha de esta información está siendo compartida e incluso complementada con otras versiones por sus contactos de las redes. Por ello, el presente ensayo tiene por intención mostrar el rol de la información producida y compartida por los usuarios de redes sociales, las cuales pueden convertirse en fuentes de opinión. A su vez, responder a la interrogante de si es posible encontrar pensamiento crítico en las publicaciones de las redes sociales, teniendo como marco los nuevos términos de Posverdad y Prosumer.

¿Qué significado tiene el pensamiento crítico? El autor Lipman (1998), uno de los primeros autores en escribir sobre pensamiento crítico, afirmó que uno de los objetivos de esta corriente es formar el criterio personal acerca de los hechos, una opinión propia. Drucker (2002) decía que en los nuevos tiempos el conocimiento tiene poder, porque genera el acceso a las oportunidades y al progreso. Por su parte Ennis y Vargas, citados por Moreno-Pinado y Velásquez (2017), consideraron que el pensamiento crítico es “una capacidad adquirida que permite el razonamiento reflexivo centrándose en el decidir y el qué hacer”. Por el mismo lado, tiene lógica pensar que las personas necesitan contar con más información para estar más enteradas antes de tomar decisiones. Pero, así como más, también con mejor información de todo lo anterior, se revelan dos puntos importantes para pensar de modo crítico: reflexión y acción. Es decir, poder razonar de manera reflexiva sobre la información, formar un punto de vista personal, para luego tomar decisiones en base a eso.

De esta manera, las redes sociales se han convertido es estructuras de tipo social que las personas consumen a diario y varias veces al día, dado que les permite re-presentar su identidad, interactuar con los otros, compartir información, comunicarse y recibir retroalimentación en tiempo real y emitir posturas propias y ajenas (Luna, 2017). Las redes sociales son, por otro lado, canales de comunicación de los nuevos tiempos. Autores como Campos-Freire., Rúas-Araújo, López-García y Martínez-Fernández (2016) las denominan “ecosistemas metamedia de perfiles digitales individuales o de organizaciones, públicos o semipúblicos, que permiten establecer relaciones e intercambios de flujos de contenidos propios o ajenos, conversaciones, prescripciones, transacciones, experiencias (…) con fines particulares, sociales, comerciales o institucionales”. Dentro de las redes sociales más conocidas en el mundo se encuentran Facebook (plataforma de interacción de contenidos entre contactos asociados), Twitter (red de microblogging que usa hashtags [#] para compilar mensajes comunes), Instagram (red para compartir fotos y videos) y Snapchat (mensajería de contenido multimedia con tiempo límite de exhibición) (Frattochi, 2015).

Bajo esta lógica, han surgido nuevos conceptos asociados a emitir pensamientos y puntos de vista personales a través de las redes sociales. El diccionario Oxford eligió a la “Posverdad” como la palabra del año 2016. No es la primera palabra relacionada a redes sociales: ya en 2013 había elegido a “selfie” (autofotografía) y en 2015 a “emoji” (ícono de emoción usado en mensajes de texto) (Oxford, 2017). Según el reconocido diccionario inglés, la Posverdad es “Relativo a o denotando circunstancias en las que hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que la apelación a la emoción y a la creencia personal” (BBC, 2016). En ese sentido, este nuevo concepto indica que está tomando más atención en los consumidores de internet aquella información plagada de emociones y puntos de vista similares o contrarios al propio, antes que la mera síntesis objetiva de los hechos. El factor tiempo es también importante, ya que quien produce o comparte información exclusiva o nueva antes que otros usuarios, es quien más obtiene “compartir” (modo de viralización en Facebook), retweet (modo para compartir en Twitter) o “me gusta” (modo de reacción de Instagram).

¿Cuál es el impacto de la Posverdad o el uso intensivo de las redes sociales en el pensamiento crítico? El usuario ha pasado de ser consumidor a generador de información sin dejar de ser lo primero; es decir, un “prosumer”: ser a la vez consumidor y productor de información a través de internet en redes sociales, mensajería instantánea, etc. (Sabés-Turmo & Parra-Valcarcel, 2014.). Así, un usuario con conexión a internet y un teléfono inteligente o smartphone puede ser el primero en informar a través de Twitter de un accidente en carretera, en trasmitir en vivo vía Facebook un atentado terrorista en la ciudad o compartir vía Whatsapp fotografías de una mascota extraviada para su difusión. De esta manera, el consumidor compite indirectamente con los canales tradicionales de información, llámense televisión, radio y prensa. La diferencia es que el consumidor no solo transmite la información, sino que le inyecta sus propias opiniones y emociones, los cuales en algunos casos impactan más que los propios hechos narrados (Runcan, 2017).

Continuando con lo anterior, podría decirse que la era del prosumer y la Posverdad vienen afectando directamente al pensamiento crítico de las personas. Por ejemplo, esto se vio reflejado claramente en dos eventos internacionales que resonaron en 2016: la victoria de Donald Trump para la presidencia de Estados Unidos y el “brexit” o salida del Reino Unido de la Unión Europea. En ambos casos, las publicaciones compartidas por los usuarios sobre ambas noticias estuvieron plagadas de opiniones a favor y en contra, que aumentó búsquedas online relacionadas al término “Posverdad”, llegando a ser 2,000% más que en 2015 (BBC, 2016).

Entonces, ¿es posible encontrar pensamiento crítico en las redes sociales? La inmediatez con la que las redes sociales operan podría no dar oportunidad para el desarrollo del pensamiento crítico. De acuerdo a los autores anteriormente mencionados, dos recursos importantes para formar el pensamiento crítico son la reflexión y la acción. Así, la reflexión implica tiempo de asimilación frente a lo visto o leído para formarse una postura personal. Entonces, al estar expuestos a información real, falsa, exagerada o no confirmada, uno podría formarse una opinión en base a conocimiento no veraz y tomar decisiones en base a ello (De Frutos-Torres & Marcos-Santos, 2017). Aquí surge un tema importante para el pensador crítico, pues las decisiones basadas en inexactitudes tienen consecuencias que podrían ser fatales. Por eso, si bien por un lado puede ser beneficioso contar con más información en tiempo real y de diferentes canales, existe un riesgo en la veracidad de lo compartido por los Prosumers, ya que al difundir contenido diseñado a mano propia, no se ejerce la confirmación de orígenes de la información, diversificación de fuentes consultadas, esfuerzo por encontrar posturas a favor y en contra y búsqueda de la objetividad (Suárez, Colón, Cohen & Colpas, 2016); tópicos mandatorios para un productor de contenidos de un medio de comunicación tradicional.

Por citar un ejemplo, en las últimas elecciones presidenciales de 2016 en el Perú, las redes sociales fueron un fuerte canal de información compartida. En la última semana del balotaje entre los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta, la publicación de encuestas en el territorio nacional estaba prohibido. No obstante, esto no fue impedimento para que a través de las redes sociales se compartieran los resultados que las encuestadoras locales prepararon para medios de comunicación internacionales. Las proyecciones que allí se mostraban daban como ganador al candidato que finalmente quedó en segundo lugar (ONPE, 2016). Algunos entendidos comentan que la propagación de estas encuestas, la posibilidad de compartirlas en tiempo real y la acción de los Prosumers en brindar información además de opinión, lograron que el candidato que según las proyecciones perdería, lograra la victoria (RPP, 2016). Mientras esto sucedía, las encuestadoras nacionales manifestaban su preocupación frente a la falsificación de sus estudios de mercado, los cuales se iban compartiendo sin control en las redes sociales, ya que podrían influir negativamente en la población al hacerle tomar una decisión equivocada (La República, 2016). Dos caras de una misma moneda.

¿Cómo diferenciar la Posverdad y la verdad en la corriente de multi información en la que actualmente se está inmerso, para desarrollar el pensamiento crítico? Es menester tomar en consideración que las redes sociales no solo son espacios de interacción y compartimento, sino que también pueden dar cabida a dinámicas de intolerancia, racismo y generalización abrupta (Ferrándiz, Ibáñez & Espinosa, 2015). Por ello, con el objetivo de formar el pensamiento crítico, es esencial que el usuario de redes sociales pueda contrastar contenidos de diferentes canales de información. Vale decir, que no solo se deje influenciar por la información compartida por sus contactos, sino también por líderes de opinión pública, medios de comunicación oficiales, portales de internet alternativos, etc. (Castro & De La Villa, 2017). Es propicio además mantenerse al tanto de las actualizaciones de las publicaciones que realizan los canales de información, sean propios, tradicionales o alternativos; ya que es posible que una misma noticia pueda ampliarse, confirmarse o negarse conforme el paso de las horas (Analía & Pinochet, 2017).

En conclusión, se podría decir que el pensamiento crítico es la capacidad para reflexionar sobre la información que se recibe, con el fin de poder tomar decisiones en base a lo vertido y formarse una opinión personal. Por otra parte, las redes sociales se han transformado en oportunidad para que usuarios puedan consumir y brindar contenido en simultáneo sobre temas de diversa índole, convirtiéndose en Prosumer. Por la inmediatez de las redes sociales y los múltiples orígenes de información, se sugiere mantenerse al tanto de las actualizaciones del contenido que se propaga en redes y contrastar el mismo en diversas fuentes como líderes de opinión, medios tradicionales y portales alternativos de comunicación. Al mismo tiempo, ha surgido la Posverdad, término asociado a la verdad compartida por personas que combinan la información general sobre un tema, inyectada con sus propias emociones y opiniones. Ante esto, surge el reto de cómo desarrollar pensamiento crítico en las redes sociales, teniendo en cuenta los recursos de reflexión y toma de decisiones. Solo así el usuario de estas plataformas podrá continuar el camino hacia un pensamiento crítico reflexivo y con opinión propia fundamentada.



Referencias

Analía, M., & Pinochet, G. (2017). El rol de las redes sociales virtuales en la difusión de información y conocimiento: estudio de casos. Universidad & Empresa, 19(32), 107-135.

BBC (2016). Qué tienen que ver Trump y el Brexit con "post-verdad", la palabra del año elegida por el Diccionario Oxford. Recuperado de http://www.bbc.com/mundo/noticias-37996070

Campos-Freire, F., Rúas-Araújo, J., López-García, X., & Martínez-Fernández, V. (2016). Impacto de las redes sociales en el periodismo. El Profesional De La Información, 25(3), 449-457.

Castro, A. & De la Villa, M. (2017). Uso problemático de redes sociales 2.0 en nativos digitales: análisis bibliográfico. Health & Addictions, 17(1), 73-85.

De-Frutos-Torres, B., & Marcos-Santos, M. (2017). Disociación entre las experiencias negativas y la percepción de riesgo de las redes sociales en adolescentes. El Profesional De La Información, 26(1), 88-96.

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Lipman, M. (1988). Critical Thinking--What Can It Be? Educational Leadership, 46(1), 38.

Luna, G. (2017). La influencia del consumo simbólico en la intensidad de uso de las redes sociales digitales y el valor percibido de las experiencias. Innovar: Revista de Ciencias Administrativas y Sociales, 27(64), 37.

Moreno-Pinado, W., & Velázquez, M. (2017). Estrategia Didáctica para Desarrollar el Pensamiento Crítico. Revista Electrónica Iberoamericana Sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 15(2), 53-73. doi:10.15366/reice2017.15.2.003

Oficina Nacional de Procesos Electorales (2016). Segunda elección presidencial 2016: Resultados Presidenciales. Recuperado de https://www.web.onpe.gob.pe/modElecciones/elecciones/elecciones2016/PRP2V2016/Resumen-GeneralPresidencial.html#posicion

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RPP (2016). ¿Cuál encuesta se acercó más a los resultados de la ONPE? Recuperado de http://rpp.pe/politica/elecciones/cual-encuesta-se-acerco-mas-a-los-resultados-de-la-onpe-noticia-968871

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